Creando lo nuestro
Yo, tú, él, ella, nosotros… pronombres personales y colectivos aparecen y desaparecen en el fluir de la luz en un tejido de telones transparentes y abarcantes.
Dos cajas de luces distantes y contrapuestas, con paredes espejadas y sin azogue, acogen al visitante en una trama espacial que palpita en continuas relaciones.
VEMOS Y NOS VEN.
Cuando nos ven: nos vemos reflejados en el interior ad infinitum pudiendo encontrar entre etéricas tramas, flores, animales, plantas, personajes, palabras escritas que nos nombran y nos hablan de nosotros, de lo nuestro.
Cuando vemos, en la oscuridad atravesamos con la mirada lo sutilmente espejado y transparentado para salir al encuentro de aquellos que están al otro lado, en la periferia.
La luz cambia de colores moviendo las líneas, los planos y el aire. Vivimos otro estado anímico de la experiencia: respiramos un aire animado.
Todo se multiplica, se suma se resta o desaparece: casi, casi por completo, pero siempre el hilo conductor del tránsito espiritual está presente en cada uno de nosotros.
Y luego, en ese palpitar de luz y oscuridad, desde dentro y desde fuera podemos, cada uno de nosotros, comenzar a tejer en el movimiento, podemos percibir con todos nuestros sentidos, podemos imaginando, ¡imaginar un fecundo y voluptuoso cambio en nuestro interior!